The Legend of Zelda: Link’s Awakening

Volvemos a la Isla Koholint para revivir una de las entregas más atípicas y queridas de la saga.

Casi tres décadas han pasado desde que The Legend of Zelda: Link’s Awakening apareciera en la Game Boy original. Era el año 1993 y tras The Legend of Zelda, Zelda II: The Adventure of Link y The Legend of Zelda: A Link to the Past, Link’s Awakening sería la cuarta entrega de la saga, el estreno en una portátil de esta, y el primero en prescindir de elementos tan característicos como la princesa Zelda o la Trifuerza. La historia tampoco transcurría en Hyrule, sino que lo hacía en la remota isla Koholint, custodiada por una deidad con forma de ballena. Por culpa de una fuerte tormenta Link naufraga y acaba despertando en la costa de Koholint, de donde no podrá salir hasta encontrar los ocho instrumentos musicales que despertarán al Pez del Viento.

La historia es extraña, surrealista, una pequeña isla en la que los bordes de la realidad se difuminan y donde uno se siente como en un sueño del que en cualquier momento va a despertar. Si se dice que Majora’s Mask es el más oscuro de la saga, bien se podría afirmar que Link’s Awakening es el más onírico. Ambos juegos comparten espíritu, historias contadas lejos de Hyrule que podían a primera vista parecer un simple spin-off pero que acabarían convirtiéndose en auténticas referencias de su generación.

Uno de los mejores remake de Nintendo

Hace ya unos años que se empezó a entender la necesidad de recrear o restaurar aquellas obras más valiosas que con el paso del tiempo se habían vuelto, digamos, difíciles de jugar. Habían transcurrido solo seis años desde que se pusiese a la venta el original, pero en el 2002 Capcom nos brindó el que es aún a día de hoy uno de los mejores remake de los videojuegos. Ese juego sentó cátedra, y marco las pautas de lo que significa hacer un remake a modo de reinterpretación del material original, añadiendo elementos nuevos y novedades que, incluso para aquellos que jugaron el original, hacían de aquella versión una experiencia nueva. Todo esto hasta que hace solo unos meses Capcom subiese el listón de nuevo y llevase ese concepto a nuevas cotas con el remake de la secuela, Resident Evil 2.

Luego llegarían los Remaster HD, criticados por los fans en su momento por lo pobre de su ejecución -el caso de Silent Hill HD Collection es un buen ejemplo de ello- pero que finalmente demostraron su valor gracias entre otros a trabajos de calidad como el que hizo Square-Enix con Final Fantasy X/X-2 HD Remaster. Los Remaster son versiones con mejoras de resolución, texturas y sonido, que más que reinterpretar el material original lo que hacen es restaurarlo para que luzca bien en los televisores actuales. El nuevo The Legend of Zelda: Link’s Awakening se encuentra más cerca al trabajo de Capcom que del de Square-Enix, siendo un excelente remake muy fiel al original de Game Boy, con algunas novedades, pero manteniendo prácticamente inalterada la jugabilidad.

La mecánica jugable del juego es la clásica de la saga. Link empieza sin arma, no sabe ni tan siquiera saltar, sus dotes de héroe se van formando reto a reto, mazmorra a mazmorra. Al cabo de un rato ya dispondremos de nuestra espada y habremos adquirido una pluma que nos permitirá saltar y así, poco a poco, iremos consiguiendo todas esas habilidades y objetos clásicos de la saga como pueden ser las bombas, el arco o el gancho. A cada nuevo objeto que consigamos más en profundidad podremos explorar cada uno de los rincones de Koholint y más podremos avanzar en nuestro cometido. No hay mucho más a comentar en lo jugable, como buen Zelda (o mejor, como buen juego de Nintendo) el control es preciso, fluido, y el diseño de los niveles y el mapa es brillante. Si habéis jugado a cualquier otro juego de la saga principal sabréis a lo que me refiero, y siendo este Link’s Awakening el predecesor de muchos otros, se entiende perfectamente que lo presente aquí es lo que marco el camino de muchos otros Zelda que vinieron después.

El mapa es lo suficiente grande como para que no nos aburramos durante alrededor de 14 horas que dura la aventura, y a su vez lo suficientemente pequeño para que nos cueste demasiado aprendernos cada una de sus zonas e invitarnos a explorar cada rincón. Pese a los puntos de viaje rápido, en ocasiones se hace un poco tedioso el tener que cruzar el mapa arriba y abajo una y otra vez, sobre todo cuando tenemos que cumplir los “encargos” de los peculiares habitantes de la isla. Por suerte en este remake se ha incluido un nuevo diario que nos permite acceder a aquellas conversaciones importantes para así saber donde ir en cada momento de la aventura.

El diseño de las mazmorras del juego resulta más fácil de lo que recordábamos, la mayoría de ellas se puedan terminar en una sentada. Por otro lado, los puzles son lo suficientemente variados, pero tampoco demasiado complicados, lo que puede ser un punto negativo para unos y positivos para otros. Al igual que ocurre en el mapamundi, el backtracking en las mazmorras puede hacerse tedioso, sobre todo debido a la lentitud del personaje, siendo seguramente los jefes finales lo más divertido de cada mazmorra.​

Volviendo a esa neblina que difumina los bordes de lo real de la que hablaba al principio del texto, se vuelve literal gracias al aspecto gráfico por el que se ha optado en este remake, que utiliza el efecto diorama o tilt-shift para darle a todo el mundo del juego la apariencia de una casa de muñecas. No se trata del típico efecto cartoon, ni tampoco de cel-shading, sino de una especie de estética de juguete que le sienta muy bien tanto a personajes como a cada uno de los elementos de la isla. Por cierto, casi se me olvidaba. El juego incluye un creador de mazmorras, pero no os hagáis ilusiones, lejos de ser un “Zelda maker ” se queda por sus muchas limitaciones en una simple curiosidad, una anécdota que no aporta demasiado al juego.

The Legend of Zelda: Link’s Awakening es un excelente remake del que es considerado uno de los The Legend of Zelda más singulares. Gracias al nuevo aspecto gráfico y artístico, la Isla Koholint es más que nunca un maravilloso lugar que visitar. Link’s Awakening es un juego simple, sencillo, una joya de la historia que merece ser probada por todos aquellos que se perdieron el original.


Se dice que Majora’s Mask es el más oscuro de la saga, podría afirmarse que Link’s Awakening es el más onírico. Una joya de la historia que merece ser probada

Fuente: monotema

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Ginger

Colaborador de BornToPlay. Me encanta esto. De todo tipo. De no haber existido los videojuegos supongo no habría tenido esa motivación extra para lograr ser el espermatozoide mas rápido. Estaba impaciente por jugar a Sega Master System.

2 comments

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  1. RUBIO 10 octubre, 2019 at 20:40 Responder

    Es un placer volver a contar con un nuevo análisis del señor Ginger.
    He disfrutado mucho leyendo esta review y me quedo con esa parte donde lo describes como una de esas entregas más atípicas dentro de la serie, junto a Majora’s Mask. Su apariencia visual me parece una pasada, sumándose a estilos más originales como en el caso de The Wind Waker, entregas diferentes pero igual de buenas, con el añadido de esos matices o características que las diferencian positivamente y que por supuesto enriquecen a una gran serie como es The Legend of Zelda.

  2. Voyevodus 17 octubre, 2019 at 12:51 Responder

    Simplemente, el mejor análisis que he leído del juego.

    Y no dejándose llevar ni por la nostalgia ni el fanatismo a la hora de puntuarlo.

    Enhorabuena.

    El original me encantó en su día. A la que pille uno de segunda mano a un precio razonable pasará a formar parte de mi colección.

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