Terror de supervivencia: Alan Wake 2

Alan Wake 2 me provocó sensaciones encontradas desde el principio. Sentimientos que me acompañaron hasta su pantalla final. El primer desencuentro se produjo con la postura inicial de no lanzar una edición física de salida. Una decisión difícil de justificar después de que pasara el tiempo y decidieran finalmente comercializarlo en disco. El objetivo: lograr que los jugadores pasaran dos veces por caja. Personalmente, cumplí la promesa de no jugarlo hasta su llegada en formato físico.

La edición física Deluxe incluye, además del juego, una versión digital del primer Alan Wake remasterizado y las dos expansiones digitales de la segunda parte: La noche se levanta y La casa del lago. También, algunos cosméticos y apariencias para armas. Difícilmente, podemos creer que nunca tuvieran en mente el formato físico para un título de estas características. Sobre todo, después del batacazo en ventas con el lanzamiento digital.

Posiblemente, ocurrirá lo mismo en algún momento con la segunda parte de Hellblade. Desde Microsoft también anunciaron que solamente llegaría en formato digital. La confirmación oficial de una versión para PS5 todavía está en el aire. No obstante, una vez se produzca, probablemente venga de la mano con el anuncio de una versión física para plataformas.

Alan Wake 2 ha sido coronado como el mejor juego de Remedy hasta la fecha. Su obra más ambiciosa y uno de los títulos más extravagantes que he jugado últimamente. Su historia, en más de una ocasión, resulta enrevesada y difícil de digerir. Posiblemente, en pos de una originalidad que en muchos momentos parece buscar el deleite del propio Sam Lake, más que el interés de los jugadores. Esa intención de conectar entre si el universo de cada juego del estudio hace prácticamente imposible entender plenamente el argumento. Aunque hayas jugado la primera parte.

A nivel jugable, los momentos de acción no tienen pega. El control responde suave, preciso y encajar disparos sobre los enemigos resulta una experiencia gratificante gracias al sistema de físicas. Este buen hacer me llevó a imaginar los próximos remakes de los dos primeros Max Payne. Ojalá consigan replicar el gunplay de esta secuela para sus tiroteos.

No obstante, la acción se ha reducido respecto al primer Alan Wake. Los tiroteos ahora están calculados pero se disfrutan mucho gracias a unos enemigos capaces, con animaciones realistas. En términos generales, resulta una experiencia más exigente y pausada. Los disparos comparten protagonismo con la exploración y los puzles. Resulta evidente la influencia de los últimos Resident Evil, en el combate y en la gestión del inventario. Así mismo, los escenarios y el terror psicológico consiguen evocarnos Silent Hill. Sin embargo, Alan Wake 2, nunca mejor dicho, luce con luz propia.

Por otro lado, potencia la narrativa a un nuevo nivel. Las secuencias reales combinadas con el juego son una constante. La intención de aunar videojuego y cine resulta demasiado evidente. No es un defecto propiamente dicho. Sin embargo, siempre he sabido cuando quiero ver una película y cuando jugar un videojuego. Alan Wake 2 juega continuamente con esa línea, tanto que en algunos momentos pretende confundirnos y puede volverse molesto. Como resultado, pasamos gran parte del tiempo leyendo texto y siendo testigos de extensas conversaciones. La cantidad de información puede abrumar al espectador. El interés sufre altibajos si a esto sumamos la densidad de su historia.

Seguidamente, experimentamos otra novedad curiosa: el lugar mental. Una estancia donde los protagonistas son transportados inmediatamente pulsando un botón. Este lugar sirve para desarrollar la investigación, alcanzar conclusiones y progresar en la trama. También, estudiamos pistas y mejoramos armas. Al principio resulta brillante, parece una nueva temporada de True Detective. Sin embargo, termina revelándose como un añadido lineal, forzado y lento.

La idea no es mala. El problema es que pasamos mucho tiempo en este lugar, más del que esperas. Y esto no es opcional. La historia obliga a realizar una serie de tareas para avanzar en la trama. Una vez más, el jugador debe escuchar conversaciones y leer textos, muchas veces sin demasiados alicientes. Así mismo, debemos pegar una serie de fotografías en las diferentes líneas de investigación, clasificadas a su vez en un archivador. Este cometido, mediante ensayo y error, sin que ocurra nada relevante si fallamos, sirve para progresar y entender el argumento. El problema es que también ralentiza demasiado el ritmo.

Finalmente, existen otros pequeños detalles, posiblemente más personales, que no afectan a la experiencia pero hubieran redondeado la jugabilidad. La imposibilidad de recoger objetos descartados una vez hemos organizado el inventario para hacer sitio resulta llamativo. Aunque tengamos cajones para dejar suministros, resulta extraño tirar algo al suelo y que «desaparezca». Por otro lado, echo de menos la posibilidad de alternar el hombro del personaje para apuntar mediante un click hacia dentro en el joystick.

Así mismo, abusa demasiado de un tipo de recurso durante la partida: el susto fácil. Una inesperada imagen estática con una cara horrible que aparece de pronto con el sonido a todo volumen. Esta técnica al principio funciona, consiguiendo el sobresalto simple, después… cansa.

Alan Wake 2, mejor físico y en PlayStation 5

La versión para Xbox no llegó entera dentro del disco. Únicamente contiene una parte del primer capítulo, el resto debe descargarse a través de internet. Al contrario, en PS5 el juego viene completo y es jugable con los datos incluidos en el disco. La explicación reside en el tamaño de los blu-ray de cada plataforma. El espacio de almacenamiento es menor en Xbox y el juego tendría que haber usado dos discos para llegar completo. Una vez más, alegan que este detalle hubiera encarecido el precio final del producto. Una engañifa para los jugadores que pagan por una edición física que realmente no lo es.

No obstante, la reciente versión de Indiana Jones y el Gran Círculo para PS5 únicamente incluye 20 GB de datos. Posteriormente, requiere una descarga de más de 100 GB por el mismo motivo: el tamaño de la información requiere más de un disco y buscan ahorrar costes. El mismo caso para Doom: The Dark Ages. Las versiones físicas para consola no contienen el juego completo, solamente unos pocos megas.

A esta moda de los falsos físicos, también podemos sumar la tarjeta llave de juego de Nintendo para Switch 2. Un sistema que emplearán todos sus lanzamientos third party. Básicamente, una clave física para descargar el juego de internet.

Finalmente, pudimos disfrutar Alan Wake 2 insertando un disco. Ciertamente, un derecho después de haber desembolsado un precio nada desdeñable por una consola CON LECTOR. Visualmente, es uno de los espectáculos de esta generación y un survival actual con una atmósfera notable. Las campañas de Alan y Saga están bien diferenciadas y aunque ambas son entretenidas me quedo con los momentos y los escenarios rurales que ofrece la vertiente de Saga. Probablemente, porque resulta más fiel al estilo original. La aventura de Wake, sin quitarle mérito, resulta un poco más rarita o experimental.

Afirmo que es un buen juego. Muy bueno, de hecho. Sin embargo, me dejó un sabor agridulce. En algunos momentos es como si en Remedy hubieran caído en la vanidad. Como si hubieran antepuesto su propia satisfacción por encima de lo que realmente importa: la diversión y el interés del jugador.

FÍSICO antes que DIGITAL

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Un videojuego puede ser como un buen libro o una gran película. Siempre digo que existe un juego para cada persona. Si aún hay alguien por ahí que no se ha enganchado a los videojuegos es porque todavía no ha encontrado su juego. Cuando lo encuentras, descubres una llave que abre la puerta a un mundo de diversión y entretenimiento sin igual.

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