I LOVE: Quake 4

Los planes de lanzamiento para un nuevo Quake resultan inciertos, por lo menos a corto-medio plazo. Sin embargo, si has jugado últimamente Doom: Dark Ages probablemente hayas tenido la sensación de que sus creadores en algún momento tuvieron en mente algo parecido. Quake 4 está más próximo al tercer capítulo de Doom que a su segunda entrega pero si amas los disparos en primera persona sabrás que tiene un encanto poco reconocido.

En una guerra por la supervivencia de la Tierra, la única forma de derrotar a tu enemigo es convertirte en uno de ellos.

Con esta insinuante frase arrancaba en 2005 la cuarta entrega de Quake, un heroico shooter desarrollado por Raven Software (Soldier of Fortune) en colaboración con id, desarrolladora original de la serie que proporcionó el motor gráfico de Doom 3 para la ocasión. El paso de los años ha conseguido enterrar en el olvido este capitulo que nos sitúa al frente de un ataque militar de la Tierra a Stroggos. El planeta natal de la raza alienígena hostil de la segunda entrega.

Eres Matthew Kane, sargento del pelotón Rino y tu misión consiste en liderar la invasión. Pero en esta guerra contra un enemigo implacable descubrirás que el único modo de prevalecer es llegar donde nadie está dispuesto a llegar.

Quake 4 desenfundó después de grandes hitos en el género como: Perfect Dark (2000), Halo (2001), Call of Duty (2003) y Half Life 2 (2004). Su impopularidad podría motivarse por diferentes causas. Por un lado, el propio Doom 3 ejerce un papel de némesis en esta historia. Así mismo, su estilo, a caballo entre dos épocas, también pudo contribuir a ese rechazo inicial. Ahora, 20 años después y al redescubrirlo, resulta más sencillo comprender ese inmerecido destino, a la sombra de los grandes.

Ciertamente, mantiene un estilo clásico pero al mismo tiempo introduce novedades que lo aproximan al FPS actual. Una tendencia más creativa que empezaba a despuntar en el género durante la primera mitad de la década de los 2000. Las primeras entregas de Deus Ex, Far Cry, Prey, Condemned, FEAR o Bioshock un poco mas tarde, son algunos ejemplos de este nuevo modelo de shooter en primera persona alternativo.

Quake 4 tiene exploración, botiquines, un arsenal variado en escala destructiva ascendente y enemigos grotescos. Estos ingredientes, típicamente old school, contrastan con la posibilidad de grabar partida en cualquier momento, opción poco habitual en consola y shooters de aquellos años. Igualmente, el clásico avance en solitario por pasillos poco iluminados se alterna con recorridos más frenéticos en compañía de otros soldados.

Quake IV

También, destaca su personalidad marcial, al estilo Halo. Esta peculiaridad no es mera fachada. Además del clásico botiquín, encontramos sanitarios que curan nuestras heridas durante los tiroteos. Del mismo modo, los técnicos restauran el nivel de armadura, incluso mejoran nuestro armamento en algunas partes de la aventura. Básicamente, un sistema simplificado de mejora/progreso de armas, elemento habitual en FPS’s actuales. Así mismo, encontramos fases a bordo de vehículos donde avanzamos destruyendo todo y alguna zona de plataformas.

Otro detalle llamativo es la capacidad de nuestros compañeros durante los enfrentamientos. Si cubrimos sus espaldas, ellos harán lo propio de forma efectiva. Su competencia, bien ajustada, hace palidecer a la mayoría de aliados que encontramos en cualquier entrega de CoD. La famosa saga de Activision también es conocida por tener una IA prácticamente nula.

La poca variedad de modelos npc aliados es compensada con el amplio bestiario Strogg. Sin duda, otro aspecto inesperado de este Quake. Del mismo modo, sorprenden sus originales diseños y su comportamiento desigual. Muchos tienen reacciones predecibles pero elaboradas, otros en cambio son más resistentes o poderosos, encontramos rivales con extraños poderes y algunos nos pondrán a prueba constantemente. Existen unidades tácticas, con movimientos que recuerdan a los marines del primer Half Life.

Del mismo modo, en algunos puntos del juego tenemos encontronazos con enemigos especiales. Los habituales jefes de gran tamaño con un punto débil que debemos descubrir para derrotarlos. Unos adversarios que destacan por su poder destructivo y extravagancia, aunque no son excesivamente complicados de abatir.

Los escenarios de ciencia ficción presentan un buen acabado y alto nivel de detalle. Destacan aquellos rincones inquietantes donde la tecnología strogg muestra la fusión de partes orgánicas con máquinas. Las zonas que recorremos en solitario suelen ser oscuras, más atmosféricas y claustrofóbicas. El uso de la linterna también está presente, aunque no es tan importante como en Doom 3. Este aspecto revela una vez más esa identidad donde contrastan elementos. En este caso, amenazadores pasillos donde el terror acecha ligeramente y espacios donde se producen intensos tiroteos con tus compañeros. Mientras, las zonas exteriores, más vacías, transmiten sensaciones descafeinadas.

Con todo esto, Quake 4 no es perfecto. Los primeros compases puedan hacerse un poco cuesta arriba, sobre todo ahora. No por su dificultad, ajustable según la medida habitual en los juegos de id. En primer lugar, ojalá tuviera la fluidez de Quake III. La optimización irregular presenta habituales caídas de frames, al menos en la versión Xbox 360. Por otro lado, el doblaje al castellano es horrible. Este aspecto resulta llamativo, pues encontramos voces altamente conocidas con una interpretación pobre. Ciertamente, la banda sonora también es otro elemento olvidable.

No obstante, el juego mejora según avanzas en la partida. Incluso, los comentarios absurdos de tus compañeros empiezan a tener cierta gracia. Aún así, existe un punto de inflexión en la trama que consigue volarte la cabeza. Un detalle que puede conquistarte sin esperarlo. Ese momento en el que somos capturados y sometidos por el enemigo a una brutal transformación para convertirnos en uno de los suyos. Finalmente, el sargento Kane es recatado por un grupo de marines pero físicamente es un Strogg.

A partir de este momento, Kane es observado con recelo por sus compañeros pero al mismo tiempo resulta una nueva esperanza para librar a la humanidad de un funesto destino. Incluso, podemos utilizar las estaciones de salud stroyant para recuperar vida (ser un strogg tiene sus ventajas).

En pleno 2025 puedes comprender mejor por qué ciertos aspectos de Quake 4 no agradaron en su momento. Una rara avis que atesora la experiencia clásica de los juegos de id con un regusto a FPS actual. Hoy en día encontramos shooters con esta estructura dual pero en 2005 no era corriente. Inclusive, en algunos momentos parece ofrecer retazos de lo que veríamos años después en Rage.

Quake 4 es una joya oculta sin terminar de pulir, como ocurrió con Area 51 o Black. Un juego notable. Si aún no lo has experimentado puedes llevarte una grata sorpresa y al terminarlo preguntarte por qué demonios no habías jugado antes. Hemos tenido relanzamientos de grandes obras como Turok, Goldeneye o XIII. Incluso, reinicios exitosos de franquicias hermanas: Wolfenstein y Doom. Un remake de este juego podría resultar harto interesante. Más aún, una revisión de la primera entrega, con su esencia gótica y oscura, adaptada ligeramente a los nuevos tiempos podría ser… estremecedora.

 Dispara, muévete, cúbrete, recarga… repite

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