Siempre apoyaremos el formato físico. Pertenecemos a una generación que soplaba cartuchos para hacerlos funcionar en la consola. Leíamos ávidamente el manual de un juego recién comprado de camino a casa y esnifábamos su olor. Soñábamos con futuros lanzamientos sin vídeos en internet, únicamente leyendo revistas con imágenes. Imaginábamos cómo sería ese próximo juegazo solo con el poder de la imaginación.
También, escogíamos películas yendo al videoclub y rebobinábamos cintas de caset en un walkman. Igualmente, sujetar el peso de un libro, con su olor a papel y tinta, siempre tendrá más valor para nosotros que cualquier dispositivo electrónico.
El formato digital ha sido la evolución aparentemente lógica y tiene ciertas ventajas. Sin embargo, muestro un total rechazo hacia una práctica muy concreta: el falso físico. Básicamente, un videojuego en disco incompleto que requiere conexión a internet para poder iniciarse y descargar el contenido total. Existen casos notables muy criticados por utilizar este sistema, títulos como: Alan Wake 2, Indiana Jones y el Gran Círculo o Doom: The Dark Ages son algunos ejemplos.
Las grandes compañías favorecen esta praxis en distinta medida. Xbox emplea ediciones físicas compatibles con Xbox One y Series X. Sin embargo, el contenido del disco siempre es la versión de Xbox One. Los usuarios de Xbox Series X descargan automáticamente una versión optimizada para dicha consola. Esto quiere decir que realmente NO existe una edición física real y superior para su consola.
Mientras, PlayStation ofrece versiones independientes para sus plataformas. Así mismo, los juegos de PS4 pueden reproducirse en PS5 porque esta máquina emplea una retrocompatibilidad real. Sin embargo, PS tampoco está libre de pecado. Su versión del citado Alan Wake 2 está completa en un solo disco pero Indiana Jones y el Gran Círculo requiere una descarga para poder disfrutarse. Argumentaron que el tamaño del juego es mayor que la capacidad de un solo disco Blu-ray y, en lugar de incluir un segundo disco, optaron por la descarga.
Seguidamente, Nintendo también se ha subido a la moda de los falsos físicos, con su tarjeta llave de juego para Switch 2. Esto es una clave física para descargar el juego de internet. Un sistema que emplean todos sus lanzamientos third party.

Volviendo al mundo expresamente digital, existen situaciones donde este formato y una conexión permanente pueden imponerse de forma lógica. Los pequeños estudios y aquellos lanzamientos independientes encuentran aquí la forma más eficaz para llegar a los jugadores. Por otro lado, en el caso de videojuegos cuya experiencia está centrada en la modalidad multijugador online también resulta comprensible en muchos casos. Sin embargo, títulos enfocados para el jugador en solitario que requieran conexiones permanentes a internet o descargas parciales de contenido para poder disfrutarse resultan inaceptables.
Así mismo, existen casos de títulos triple A que, inicialmente, optaron por prescindir del formato físico. Una decisión totalmente lícita que contrasta injustamente y de forma discriminatoria con aquellos jugadores que pagaron por una consola con lector. En el caso de pequeñas desarrolladoras y juegos indie resulta comprensible pero en el caso, por ejemplo, de Remedy con su Alan Wake 2 nunca pudo serlo. Las compañías pueden tomar las decisiones que consideren oportunas, están en su derecho. Sin embargo, también tienen obligaciones para con los jugadores. Mientras exista una transición al formato digital y existan consolas con lector, todos los jugadores que hagan uso de ellas no deberían ser excluidos.
La desaparición del formato físico busca ahorrar costes y espacio en nuestras casas pero también amenaza con dejarlas más frías en sensaciones. Eliminar el manual incluido en la caja del juego fue el primer paso para abaratar costes. Algunos afirman que prescindir de los discos ayuda mantener el precio, dicen. Sin embargo, los lanzamientos digitales triple A no son más baratos que una copia física.
Somos muchos los que consideramos que el videojuego tiene una parte tangible que contribuye a su encanto especial. Aquellos que además somos coleccionistas estamos más sensibilizados con este tema. Cuando los servidores dejan de funcionar automáticamente recuerdas una época donde todo era más sencillo, más auténtico y maldices una actualidad repleta de instalaciones, actualizaciones y tiempos de espera para empezar a jugar.
Asumimos que la tendencia hacia lo digital resulta cada vez mayor. Las nuevas generaciones y los servicios de suscripción mensuales con sus cientos de juegos gratuitos potencian una realidad imparable. Sin embargo, nada de esto me parece atractivo ni puede compararse con una colorida estantería atiborrada con tus juegos favoritos. En cambio, siempre me alegro cuando se confirma el lanzamiento físico de algún titulo que, por diferentes motivos, únicamente llegó de forma digital. Me encantan todas esas ediciones de coleccionista, a menudo tentadoras, repletas de complementos y con su flamante disco. Adentrándonos por estos lares podemos encontrarnos también con la sombra de la especulación en el videojuego pero esto ya es otro tema.
El formato físico es la única manera efectiva de preservar el videojuego como medio y la única forma de asegurarnos que podremos seguir disfrutando de nuestros juegos favoritos en el futuro.
FÍSICO antes que DIGITAL
