Sobre las consolas de nueva generación

La salida al mercado de PS5 ha sido todo un acontecimiento mediático. No sólo las redes sociales se han hecho eco del lanzamiento de la nueva consola de Sony, también los telediarios de los canales principales de televisión han contribuido en la publicidad de esta nueva generación para suscitar una demanda que parece de plástico.

En el caso de las redes sociales, el deseo por adquirir la nueva consola de Sony se hace patente en innumerables entradas y fotografías donde alegres y afortunados jugadores comparten comentarios sobre las virtudes de la máquina y aparecen abrazados a ésta como si se tratara de un nuevo miembro de la familia.

Por otro lado, los informativos hablan de la novena generación a través de escuetas noticias en las cuales la última consola de Microsoft actúa la mayoría de las veces como comparsa incómoda. Todo este revuelo nos lleva a cuestionar si es realmente tan importante y necesario este cambio de generación.

Llegados a este punto, al igual que nos ocurrió con Xbox One y PS4, nos preguntamos:

¿Merece realmente la pena adquirir una consola de nueva generación recién salida al mercado?

Nosotros lo tenemos claro y no podemos ser más tajantes: la respuesta es no. Los apabullantes datos técnicos, la promesa de un futuro repleto de lanzamientos aún sin fecha, la retrocompatibilidad, el Game Pass y un remake idolatrado que apela a la nostalgia, no son suficientes motivos. Son interesantes razones secundarias, eso sí, pero no el aliciente principal en forma de un catálogo exclusivo que nos sirva de adelanto para conocer qué nos deparará esta nueva etapa. De momento, no hemos visto ningún juego innovador y único que despierte el suficiente interés para justificar la compra de un sistema moderno. Solo tenemos un puñado de juegos intergeneracionales que se benefician de la nueva tecnología moderna, pero no pueden considerarse como exponentes de un cambio generacional.

De hecho, la ausencia de juegos exclusivos next gen deja a la vista lo peor de esta situación: especulación, noticias constantes sobre la falta de stock de las máquinas y el consecuente cartel de producto agotado.

Este desabastecimiento de unidades es presuntamente una estrategia comercial que consiste en poner en venta una menor cantidad de unidades para generar nerviosismo, ansia por comprar, y miedo a quedarse sin la consola el día de su lanzamiento. Por absurdo que parezca querer ser el primero en tener un aparato de alta tecnología de 500€, como adorno o para jugar a juegos de una o dos generaciones atrás, la estrategia funciona a las mil maravillas.

Todo esto ya lo hemos vivido. Esta novena generación empieza exactamente igual que la anterior. La nueva potencia tecnológica como cortina reluciente para esconder una preocupante carencia creativa, con respecto a los videojuegos que llevamos arrastrando mucho tiempo. PS4 y Xbox ONE hicieron bandera con los 1080p y 60fps, mientras que Xbox Series X y PS5 hacen lo propio con el Ray Tracing y los discos de carga rápida SD.

Alta tecnología y rendimiento increíble son las promesas, pero como decía el eslogan de aquel anuncio de neumáticos, «La potencia sin control no sirve de nada«. Si cambiamos «control» por videojuegos, obtenemos la conclusión a la que llegamos con respecto a las consolas de nueva generación.

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BornToPlay

Juega duro y muere tarde. Adorarás el Retro. Reserva el lanzacohetes para el jefe final. Si mueres, pasa mando. Siempre debes esperar el final de los créditos. No matas el tiempo jugando a videojuegos, es el paso del tiempo el que te mata a ti, por eso escoge buenos videojuegos. Regala videojuegos. Si estás perdido, busca el camino más iluminado. Fomenta el juego cooperativo y las partidas a pantalla partida. FÍSICO antes que DIGITAL. Desactiva las autoayudas en el menú de opciones. Explora y cultiva todos los géneros. Lo mejor que puede pasarle a una TV es que la conecten un consola. Recomienda videojuegos pero no los prestes. Los veteranos de la Guerra de los 16 Bits merecen tu respeto. Tu canal de TV favorito siempre será el HDMI. El momento de calma precede a un enemigo especial. En las guerras de consolas ganan los jugadores.

5 comments

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  1. Albert 2 diciembre, 2020 at 10:50 Responder

    En mi opinión comprar la play5 no es mala idea ya que seguro que en un futuro no muy lejano sacaran juegos muy buenos y seguro que comprarla valdrá la pena

  2. Belmont 2 diciembre, 2020 at 20:12 Responder

    Hola, Albert.

    Si no tienes una PS4, lanzarse a comprar la 5ª tampoco me parece una mala inversión. Principalmente, la crítica de esta entrada se centra en la falta de un catálogo de juegos original y atractivo. No dudo que en un futuro llegarán juegos estupendos, pero, de momento, sólo tenemos el remake de Demon’s Souls y la posibilidad de jugar al catálogo de la anterior consola.

  3. Ruryk Z 4 diciembre, 2020 at 09:14 Responder

    Pillarse una consola el día del lanzamiento tiene sus pros y sus muchos contras. La verdad es que a mi me encanta tenerlas desde el principio porque así es como las exprimes más pero muchas veces no tienes motivos.
    En este caso me decantaría por Series X por el tema del Game Pass y que me parece más consola a largo plazo. Pero por probar el DualSense, y que la marca es garantía de grandes videojuegos, harían que terminase comprando una PS5. La cosa está muy reñida esta generación pero sigo pensando que han salido antes de tiempo, lanzar una consola sin un GRAN exclusivo me parece una locura.

  4. Gabriel Benitez 4 enero, 2021 at 11:11 Responder

    Yo no creo que sea buena idea comprarse ninguna de estas consolas nada más salir. Con las otras ediciones siempre he tardado unos meses, incluso años, en adquirirlas. Supongo que lo hago por el hecho de que aún no está muy bien lograda, falta que saquen juegos buenos y dejarme 400 euros con la que está cayendo, tampoco me va muy bien. Igual para las navidades del año que viene…

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