BornToPlay

¿Qué pasa con los videojuegos?

En serio, ¿qué cojones está pasando? Desde hace un tiempo no paro de experimentar un profundo y constante desencanto. En el fondo, todos aquellos que de verdad amamos esta afición de una forma sana y llevamos años desgastando mandos, tenemos la respuesta a esta pregunta. La situación que atravesamos actualmente tiene tantos frentes abiertos y tantas heridas que al pensar en ello las manos no me dan para escribir sobre el teclado.

Podríamos empezar por la última y «nueva» generación de consolas. No sé hasta cuando seguiremos utilizando este adjetivo para referirnos a unas máquinas que prácticamente no han demostrado nada desde su lanzamiento y su adquisición, a día de hoy, es totalmente injustificable. Su llegada ha servido simplemente para cuestionarnos muchísimas cosas, empezando por la capacidad creativa de una industria enferma cuya máxima premisa es ganar más y más dinero sin ofrecer prácticamente nada al jugador.

Alrededor de unos 400€ es lo que nos cuesta el billete de ida hacia la octava generación. Sin embargo el destino no es el esperado. Más que un nuevo mundo, lo que parece que estamos viviendo hasta ahora es una especie de déjà vu consolil con texturas mejoradas. Las remasterizaciones, los remakes y las sagas con numeraciones cercanas a las dos cifras están a la orden del día. Y si no, siempre nos quedarán los fríos títulos multijugador. El pozo de la creatividad se ha cerrado o se ha secado definitivamente. El beneficio y la estrategia comercial siempre por encima de la creatividad y la profundidad. Continuamente se busca exprimir los mismos y antiguos nombres, en algunos casos hasta límites que deshonran el pasado glorioso de alguno de ellos. La innovación a menudo ha quedado reducida a explotar las fórmulas de éxito del vecino.

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Podríamos seguir hablando de otro asunto bochornoso como es el tema del downgrade gráfico. Para algunos de nosotros es un aspecto secundario pero desde hace unos años la forma de captar el ojo del gran público, la forma más rápida y directa de meterse al jugador en el bolsillo es presentar un nuevo videojuego con unos gráficos de infarto. Por supuesto que a todos nos gusta deleitarnos con un atractivo acabado visual y disfrutamos con la evolución gráfica que se nos ha ido proporcionando a lo largo de los años. Pero no nos gusta en absoluto que nos mientan, que jueguen con nosotros y encima que nos tomen como a tontos. Estamos cansados de esta sucia práctica, reconocida incluso por algunas compañías como Ubisoft. No me importa que un juego tenga un acabado técnico inferior a la media, incluso puedo comprender que en algunas situaciones haya que hacer sacrificios para que el resultado final no quede empañado. Pero no soporto cuando nos venden algo que luego no es lo prometido, ocultándolo hasta el último momento para asegurase el engaño y para que en la trampa caigan el mayor número de infelices. Durante esta última etapa lo hemos vivido en multitud de ocasiones, casos sonados como el de Alien: Colonial Marines, Dark Souls II, Watch Dogs o el reciente The Witcher 3: Wild Hunt son ejemplos perfectos de esta forma vil de engaño. No pongo en entredicho la calidad de estos juegos en otros de sus aspectos pero desde luego conmigo perdieron una venta. Al igual que todas esas sagas para ovejas que se empeñan una y otra vez, año tras año, en seguir viviendo a costa de su nombre. Ya está bien señores.

Ya hemos hablado en demasiadas ocasiones del asqueroso negocio de los DLC’s y los pases de temporada, pero a todo esto también podríamos sumar que seguimos viviendo en la generación del parche, por mucha máquina potente que tengamos entre manos. No ha terminado de lanzarse un videojuego al mercado y sus creadores ya están preparando y anunciando un mega-parche para corregir multitud de errores el mismo día de su lanzamiento. Esa solución a veces tarda en llegar y hasta entonces, ¡te jodes! y si no que se lo digan a los jugadores de PC con Batman: Arkham Knight. Por mucho que me digan, por mucho que intenten explicar o excusarse, esto es algo que jamás lograré comprender. Es tan sencillo como: «si el juego no funciona correctamente, no se lanza al mercado hasta que rule como Dios manda» El precio que pagamos por un videojuego debería garantizarnos de sobra su calidad, su correcto funcionamiento y cada uno de los contenidos adicionales bloqueados por los que nos cobran desvergonzadamente.

El aspecto más alarmante y triste de todo esto es el modelo de jugador que ha ido forjándose en medio de toda esta nube de oscuridad, codicia e ignorancia por la que vagamos hoy en día. Un amplio sector de la comunidad aplaude y sucumbe a las tónicas más dañinas surgidas en estas dos últimas generaciones, como son las sagas anuales y una comercialización agresiva y generalizada. Desde hace unos pocos años, jugar a la consola ha dejado de ser un hobby minoritario para personas con poca actividad social, como a menudo se pensaba. Esto, que a priori puede parecer algo positivo, ha tenido un golpe devastador al convertir este mundillo en un entretenimiento para masas. Esto significa que una cantidad considerable de personas que antes renegaban de esta forma de entretenimiento, una gran mayoría adulta, ahora se ha puesto a jugar embelesados por el realismo y el estilo cinematográfico de los juegos actuales. Y por supuesto lo ha hecho con toda la carencia e inexperiencia que supone el no haber jugado y vivido durante años o durante toda su puta vida, la evolución del videojuego a través de las distintas consolas, sus gamepads y aquellas obras clave que conforman su historia. Tiene narices que ahora sean sus voces las más escuchadas por las compañías pero claro, el dinero es el dinero. Todavía recuerdo el caso de Dead Space 3, por citar un ejemplo. Antes de su lanzamiento hicieron un estudio con jugadores para sondear qué era aquello que no gustaba demasiado del primero juego (el mejor de los tres) «Tiene demasiada tensión y paso miedo» dijeron algunos. Pues nada, se sustituye la supervivencia y la tensión por altas dosis de acción y ponemos a un compañero para que puedas ir de la manita con él. Como decía mi abuelo: «toda la vida matando tontos y siempre queda alguno»

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Las compañías han sido conscientes de este continuo crecimiento y por supuesto de esa falta de experiencia y paciencia de aquellos que antes solamente jugaban al parchís o como mucho al Wii Sports. Hay que desarrollar nuevos y bonitos videojuegos para mancos. Esto se traduce en una simplificación de la jugabilidad. La profundidad en este aspecto decae a unas cotas alarmantes a cambio de bellas e intensas experiencias de usar y tirar. Jugamos a videojuegos preciosos desarrollados para idiotas. Un buen ejemplo de esto es The Order: 1886, una de las mayores decepciones de esta generación.

Tal vez los videojuegos ya no dan más de sí. Quizá hemos llegado a ese punto donde puedes seguir desarrollando juegos cada vez más potentes, que hoy por hoy es lo más sencillo, pero básicamente todo podría estar dicho y hecho. A día de hoy, personalmente sigo dedicando más horas a Xbox 360 y PS3 que a mi PS4, que a estas alturas debe estar cogiendo la misma cantidad de polvo que mi querida Wii U. Lástima de Nintendo también. Siempre he sido un seguidor incondicional de sus consolas hasta que llegó la primera Wii. Después, con Wii U, recobré un poco la esperanza pero a día de hoy me tienen completamente desconcertado con su política y la llegada de su nueva consola NX.

Desde hace un tiempo, reflexionar sobre todo esto me ha llevado hasta esta inquietante conclusión. Tal vez y sin habernos dado cuenta, hemos podido llegar a un límite técnico y creativo que podría haber sido, nada más y nada menos, que la generación anterior. Puede que esta reflexión final simplemente sea una mera conclusión más a la que llegas después de estar un tiempo dándole vueltas a todo este asunto. Pero el listón impuesto por Xbox 360 y PS3 ha quedado muy alto y a un nivel en el que fácilmente podríamos haber seguido durante años. Las nuevas consolas parecen haber llegado más bien porque ya tocaba sangrar al jugador con una nueva máquina, más que por las ganas o la necesidad de romper las limitaciones técnicas para poder hacer cosas nuevas.

Por supuesto, también se me ocurren soluciones. Poner fin a esta crisis o bucle creativo que estamos atravesando podría solucionarse apostando por otros aspectos del videojuego que permanecen en un segundo plano. Características como por ejemplo la I.A. y una interacción más profunda de los entornos son aspectos que a día de hoy podrían evolucionar y explotarse mucho más, garantizando experiencias más ricas, profundas y complejas. Pero hoy por hoy, desgraciadamente, lo que importa son otras cosas.

 

 

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RUBIO

Un videojuego puede ser como un buen libro o una gran película. Siempre digo que existe un juego para cada persona. Si aún hay alguien por ahí que no se ha enganchado a los videojuegos es porque todavía no ha encontrado su juego. Cuando lo encuentras, descubres una llave que abre la puerta a un mundo de diversión y entretenimiento sin igual.

7 comments

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  1. Maco 23 julio, 2015 at 20:45 Responder

    Es cierto todo lo q dice, solo queda esperar como se va a dar un nuevo aire a la industria; en los momentos de crisis es cuando surge algo nuevo que cambia todo el esquema y revoluciona lo conocido, lo que esta claro es que eso no va a pasar en las grandes industrias, sino en pequeñas agencias o desarrolladoras independientes.
    Esto ya lo hemos visto en el cine, porque no ha de repetirse con los video juegos

  2. Milo 25 julio, 2015 at 19:40 Responder

    No podrías haber manifestado mejor todo lo que pienso de esta generación. Es la primera vez que visito este blog y voy y me encuentro con este gran post. Nada de esto se menciona en las páginas clásicas de videojuegos las cuales me dan la impresión que se convirtieron en catálogos y escaparates de la industria para seguir ganando pasta.
    Me compré la Ps4 y fue tal la decepción que la vendí y recompré la ps3. Juego aquellos juegos que no tuve ocasión de probar a menos coste y con diversión y calidad asegurada.

  3. BladeRunner 25 julio, 2015 at 21:02 Responder

    Gran articulo, como siempre. Enhorabuena Rubio.
    Tal vez hay que empezar a asimilar que la creatividad y la innovación ( la de verdad ) ha muerto y quizá no volverá, y nos toca esperar un milagro para que la situación cambie.
    Hace poco vi Terminator Genesis. Y no me eché a llorar del truñaco que me tragué por los pelos.

    El cine también la ha palmado. Todo es blockbuster para dejar desconectado el cerebro pero… es que eso no está pasando ya en los videojuegos?
    Tenemos grandes juegos que para nosotros son perfectos. El gran Gears of War, Bioshock, o Deadspace, por decir algunos, no los recordariamos mejor por ser juegos sin segundas partes ( y terceras, cuartas partes y spinoff deshonrosos…) , que si fueran de solo una entrega?

    Antes nombré a Terminator y me pasa lo mismo… por qué pervierten el primer clásico, y si me apuras la segunda parte, para hacer continuaciones cada vez peor? No hablariamos mejor de Matrix si solo existiese la 1, que no la segunda y la tercera?

    Pues eso está pasando en los videojuegos…ya no hay innovación , pero porque no les da la gana, porque saben que van a ganar dinero ( call of duty o assassin,s creed todos los años ??? ) y lo demas les da igual.

    Creo que estamos perdidos si queremos ver algo hecho con cariño , algo nuevo que nos ilusione…tal vez algo como The Last Guardian…y casi ya no confio en él…

  4. RUBIO 27 julio, 2015 at 10:05 Responder

    Hola chicos!

    Me alegra que os haya gustado el artículo y sobre todo me alegra saber que hay gente que también comparte mi opinión respecto a esta etapa que vivimos donde no reconocemos al videojuego. Yo quiero pensar que esto es simplemente una crisis temporal y que dentro de un tiempo volverán otras modas, quizá la de retomar el estilo y la jugabilidad de antaño. Eso o regresar a los clásicos, desempolvar las viejas consolas y garantizarnos de esta forma el volver a jugar a VIDEOJUEGOS como Dios manda. Sigo pensando que el futuro de los videojuegos está en su pasado, obviamente no en desarrollar constantemente remasterizaciones y volver a resucitar clásicos una y otra vez, pero si hay que recordar aquellas cosas que marcaron y que hicieron historia aplicándolo en el presente. Mientras tanto, a capear con el temporal.

  5. Anatoly 19 agosto, 2015 at 11:03 Responder

    Hola!

    Estoy al 150% de acuerdo con lo dicho, y quisiera añadir algun punto:

    Me sirve de consuelo que gracias a la evolución tecnológica, hoy en día también hay proyectos/equipos que intentan hacer algo diferente, aunque son muy pocos. Lástima que la mayoría terminen siendo juegos indies de casi jugar en el móvil, y muy poco conocidos. Esperemos que la situación mejore, y que algunas compañías como los productores de The Last of Us, Alien:Isolation y ARMA 3 (por cierto, este último, me fliparía ver un review por el Rubio, me está quitando horas y horas de mi vida xD), sigan haciéndonos disfrutar de sus creaciones.

    Muchas gracias y saludos!

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