Análisis Streets of Rage 4

Un género contra el barrio

Quienes peinamos ciertas canas en esto de los videojuegos bien sabemos que existió una época en la que echar una partida era intenso. Siempre. Desde el principio hasta el final del juego. Una era en la que aquellos míticos primeros números de Hobby Consolas puntuaban, además de con nota global a cada título, los gráficos, el sonido… y la adicción. No era necesaria una buena historia ni decenas de horas. Ni explicación alguna ni paseos. Streets of Rage (Mega Drive, 1989) es un vástago de ese momento. Y de un género, el beat’em up, brawller o yo contra el barrio, que es uno de los más grandes exponentes de la jugabilidad tan empapada de dependencia a seguir jugando de aquellos tiempos.

29 años después del primero, 26 después del último y con el género muerto, Sega, Dotemu, LizardCube y Guard Crush escriben una carta de amor a una generación entera de jugadores. Entre todos alumbran lo que parecía un milagro: Streets of Rage 4. Secuela que abraza un pasado con ropajes del presente para revelarse como obra que será recordada en el futuro. Una trama que ni recuerdo sirve para hilvanar 12 fases que en términos generales y en estos tiempos que corren se puede decir que hacen magia. Pues mágico resulta que algo tan aparentemente simple como avanzar con scroll lateral soltando golpes a todo cuanto vaya apareciendo arranque sensaciones tan poderosas y pueda enganchar tanto.

Con gráficos puestos al día en lo tecnológico y dibujado a mano, Streets of Rage 4 entra por los ojos. Puro espectáculo en movimiento. Con sprites grandes y un trabajo a nivel de arte soberbio, la pantalla puede llenarse literalmente de personajes sin renquear en ningún momento. El diseño de todo es sublime, aunque algunas subfases no están al mismo nivel que el resto del juego. Los entornos son variados y razonables. Las animaciones fluidas y espectaculares. Físicas, hitboxes y controles bien ajustados y precisos. SoR 4 puede crear momentos en pantalla jugable y visualmente brutales que multiplican su impacto gracias a un sonido majestuoso… porque bien sabía Sega que el asunto del sonido era importante. Las dos primeras entregas cuentan con unas de las B.S.O. más recordadas de aquella época y de siempre, con temas del maestro Yuzo Yushiro que pasaron a la historia.

Análisis Streets of Rage 4

Para Streets of Rage 4 y pese a no contar en principio entre sus planes, el maestro retorna para acompañar con cuatro cortes, junto a otros cuatro de Motohiro Kawashima y que también vuelve desde el 2, una BSO irregular que firma Olivier Derievere y que en su totalidad ha contado con el trabajo de ocho artistas. El conjunto conforma un todo desigual en el que los buenos cortes son a todas luces impresionantes. Pero la devoción y el respeto que Streets of Rage 4 guarda por sus ancestros es notorio en todos los aspectos. Y por supuesto en cuanto al sonido no iba a ser menos… Para global regocijo, existe la posibilidad de jugar con temas de los dos primeros Streets of Rage, un nutrido ramillete de distintos estilos de música electrónica trabajado con devoción y de calidad exquisita, acompañando mientras reventamos enemigos a zambombazos.

Al roster original del primero, los sempiternos Axel y Blaze y un Adam Hunter que no había vuelto desde entonces, se suman dos personajes manejables nuevos: Cherry, que puede correr y reparte con una guitarra, y Floyd, un bicharraco con brazos metálicos que machacan y electrocutan. Cada uno de los cinco cuenta con distintos parámetros de potencia, velocidad, resistencia, técnica y salto, y son lo bastante genuinos como para que jugar con cada uno de ellos resulte atractivo y presente modificaciones. Pero como no podía ser de otro modo, a medida que vamos avanzando desbloqueamos la plantilla completa de protagonistas de las tres entregas anteriores. Jugando con ellos, a Streets of Rage 4 le cuesta mantener el equilibrio del que goza cuando lo hacemos con alguno de los nuevos, pero sigue suponiendo un contenido a la altura y que resulta imposible que defraude.

El número de golpes, técnicas y movimientos es el más alto con el que haya contado nunca cualquier juego puro de su género. Superior a Batlle Circuit, Alien vs Predator y Cadillcas & Dinosaurs de distintas placas CP System de Capcom. A todo cuanto podía realizarse en los anteriores Streets of Rage, se añade un especial en el aire y una magia, así como el golpe cargado y la opción de aprovechar los impactos contra las paredes y su rebote para seguir combeando. Porque los combos son una de las grandes novedades de esta entrega y gozan de un protagonismo importante. Infligir la mayor cantidad de daño entre las hordas enemigas sin recibirlo es el aspecto que más premia al jugador en Streets of Rage 4.

Streets of Rage 4, borntoplay.es

Otra de las novedades apuntala lo anterior, y tiene que ver con el empleo de los movimientos especiales, ahora tres por personaje. Al realizarlos, en lugar de perder una pequeña porción de vida como en la segunda y la tercera entrega, existe la opción de recuperarla si después se van encadenando golpes sin recibirlos. La magia, desaparecida desde el original, vuelve, única para cada personaje y por supuesto se combea. El resultado: un combate igual de equilibrado que siempre pero más profundo, más variado y más agresivo.

Cada fase cuenta con su correspondiente jefe, algunas también con subjefe, y están siempre subdivididas en varios niveles. De duración irregular. Y en algunas no faltan las trampas ni los agujeros por los que caerse. Ciertos bosses se repiten, y en ocasiones suponen un reto menos exigente que la pantalla que parapetan salvo en modos de dificultad altos. El número de enemigos distintos, no obstante, es elevadísimo. Con clásicos rediseñados y nuevos, con movimientos propios y su manera de derrotarlos, y que atacan en grupos de variado pelaje y que según el modo de dificultad puede ser numerosísimo.

Al juego no le faltan guiños, como referencias a Shinobi, T.M.N.T o pequeños flashbacks jugables de la leyenda, la segunda parte, y viene cargado de modos de juego y de contenido. Con 5 niveles de dificultad. Y por primera vez, partidas para cuatro jugadores en modo local. Otra novedad de peso. Un auténtico obsequio y una plegaria que sus creadores ha menudo recitaban y ahora han concedido.

Porque no existe un rincón de Streets of Rage 4 en el que el amor de los creadores por la saga no sea evidente. Y como amantes y como buenos artesanos, han elaborado una obra que sin dejar de guardar escrupuloso respeto por su legado mejora todo cuanto se había hecho. No puede contar de momento con el factor nostalgia por razones evidentes, y si fuera posible aislarlo, se podría decir que objetivamente es el mejor beat´em up que se ha hecho. Pero no deja de ser un hijo de su tiempo, y para acercarse si quiera a lo que supuso Streets of Rage 2 en su día, esta cuarta entrega debería ser uno de los mejores juegos del mundo y no es así ni de lejos. No obstante, es mejor que la mayoría, y puede que no haya nada mejor para jugar con tres amigos en casa.

Es imposible saber si son mejores cuarenta buenas horas pero de ritmo irregular a dos y media super explosivas. Y eso sobre todo obedece a lo adictivo que un juego resulte, algo que jamás debió dejar de valorarse. Porque jugar a Streets of Rage 4 nos retrotrae a esa época en la que todo era vicio. En la que echar una partida era corto. Pero siempre era intenso. Y como riguroso guardián y abanderado de otra era, juega con un factor sentimental del que le resulta imposible disociarse. Un equipo principal de cinco miembros entre gente de Guard Crush, LizardCube y Dotemu, con la aprobación de Sega, han sabido poner al día una saga de Mega Drive en términos visuales gracias a la tecnología. Como también han sabido incorporar elementos jugables nuevos que sitúan su obra en lo más alto. Para un amante de los beat´em up más clásicos esto es un regalo. Un monumento. Y para quienes disfruten de sesiones en compañía de jugabilidades más rústicas y directas existen pocas opciones mejores en un mercado en el que ya le empiezan a faltar botones a los mandos pero donde no abundan los juegos que atrapen tanto… Siempre ha habido ira en las calles. Pero ha vuelto Bare Knuckle.


Nos retrotrae a esa época en la que todo era vicio

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Voyevodus

Caballero del videojuego, señor de la guerra y maestro del sigilo. Amante de las aventuras y destructor de hack and slash.

9 comments

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  1. RUBIO 25 mayo, 2020 at 10:04 Responder

    Como bien dices, este juego es un homenaje a una época y a toda una generación de jugadores, al igual que este análisis con todas las referencias inolvidables que reflejas de un género que no ha conocido una época mejor. Salvo excepciones puntuales como es este SoR4 que como bien dices nos retro-trae a una época en la que todo era vicio, diversión y pura adicción por la vía rápida y sin complicaciones. Estas dosis de puro amor hacia el videojuego son una delicia y casi se disfrutan más así, con cuenta gotas. Enhorabuena por el texto, Voyevodus.

  2. malevolus 25 mayo, 2020 at 13:54 Responder

    Gran review, menudo juegazo este SoR4, junto al SoR2 mis favoritos sin lugar a dudas. Por cierto muy guapa también la video preview que habéis publicado en face

  3. Retro Romo 25 mayo, 2020 at 15:12 Responder

    Un juego espectacular y un gran texto.Las mejoras que le han echo son brutales, como bien dices en un género casi olvidado. Hacer algo así es un riesgo y el listón está muy alto con la trilogía anterior. Pero por algún motivo seguiré prefiriendo el Sor2,ese juego me marcó en las partidas que echaba con mis amigos del cole.

  4. Ruryk Z 25 mayo, 2020 at 19:02 Responder

    ¡Muy buen análisis! SoR4 es de estas pequeñas maravillas de los ’90 que nos vuelven con un lavado de cara que les sienta genial. Diversión pura y dura, sin tener que recurrir a ganar adeptos por un competitivo online ni llenar el juego de contenido vacío. Espero que tenga el éxito que se merece y a ver si así se animan otras a seguirlo. ¿Me has oído Capcom? ¡Quiero a Cadillacs and Dinosaurs de vuelta!

  5. Voyevodus 25 mayo, 2020 at 20:29 Responder

    Mira que este año van a estar Doom Eternal, TLOU2, Ghost of Tsushima, Cyberpunk 2077, Ori & the Will of the Wisps y alguno más por ahí. Pero Streets of Rage 4 acabará el año y será uno de mis GOTY seguro.

    Esto es oro puro.

  6. RUBIO 25 mayo, 2020 at 21:29 Responder

    Es una delicia ver en movimiento un juego como este en nuestros días, aprovechando obviamente las ventajas de la tecnología actual pero muy en su justa medida para meterle un chute de vitaminas a esa esencia noventera que tanto nos gusta.

  7. Victor Bombien 27 mayo, 2020 at 00:50 Responder

    Vaya pedazo de juego, tenía el hype por las nubes y no me ha defraudado en absoluto. Pocos juegos son los que te dejan con tan buenas sensaciones como este, de hecho, me he pillado la revista de hobbyconsolas de este mes porque trae un póster de esta obra maestra, vuelvo a vivir en los 90’s jeje

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