Aquella noche antes de Dead Space 3

Isaac Clarke

Isaac… el bueno de Isaac Clarke. Seguramente los hechos acontecidos en el interior del USG Ishimura no solamente sirvieron para que experimentáramos esa dulce sensación de desprotección, también sirvió para que conociéramos a un personaje poco habitual en los videojuegos, la figura de un tipo normal como héroe, nada de marines espaciales altamente entrenados o un experimento fallido con tremendos poderes. Isaac es un tío más terrenal, quizá sea por eso por lo que cae tan bien.

Imposible olvidar aquella nave espacial de extracción planetaria invadida por las reanimaciones grotescas de los difuntos miembros de su tripulación, los necromorfos. Parte de la cordura de Isaac no fue lo único que se quedó allí para siempre. Su novia, Nicole, también murió en el interior más profundo de aquella nave. Tres años después de aquella pesadilla y descubrir aquel extraño artefacto conocido como la Efigie, Isaac despertó en un pabellón psiquiátrico en El Eje. Aquella enorme estación espacial en órbita alrededor de Saturno. Era incapaz de recordar como había llegado hasta allí, pero en el interior de su mente se escondía la clave para construir las Efigies, aquella nueva y aterradora tecnología descubierta en el planeta Aegis VII.

Pero algo también salió mal en aquellas instalaciones, el caos y un nuevo brote de necromorfos se expandió por toda la estación espacial Titán. Isaac tuvo que luchar de nuevo contra el horror, pero no solamente eso, también estaba Nicole. Atormentado por sus visiones y los graves trastornos causados por el incidente del Ishumira, los fantasmas del pasado perseguían a Isaac por aquellos largos pasillos mientras una nueva pesadilla volvía a cernirse sobre él. Sin embargo, de nuevo consiguió escapar, pero… ¿a qué precio?

No es fácil vivir con todo esto encima y después de todo aquel tremendo embrollo Isaac intentó empezar una nueva vida con Ellie Langford, la piloto de clase IV de equipo pesado y también superviviente de La Estación Titán. Pero Ellie tenía otros planes y abandonó a Issac para continuar su propia vida.

Después de este breve resumen de los dos primeros capítulos de la saga creada por Visceral, hago un inciso para introducir en este artículo una mención al genial anuncio de «Michael» Long Live Play realizado por Sony. Seguramente os estaréis preguntando el motivo pero más adelante encontraréis la explicación. Este anuncio plasmó en un breve vídeo algo que siempre hemos imaginado muchos jugadores, la existencia de un lugar, en este caso una especie de taberna dentro de una gran casas de piedra, donde se dan cita algunos de los héroes más famosos del videojuego. Esa taberna no es otra cosa que nuestra propia imaginación. Ese lugar existe en el interior de la mente de cada uno de nosotros, los jugadores. Cada vez que descubrimos una nueva historia y un personaje que «nos llega» ese héroe termina en ese bonito rincón de nuestra mente, reuniéndose con el resto y pidiendo una ronda a nuestra salud.

Durante el tiempo que dura este genial spot, queda vetada la entrada al local a personajes exclusivos de otras compañías, prueba de que realmente este anuncio no es un homenaje al jugador, ni al videojuego en sí, sino un guiño muy inteligente a los sonic-maníacos, a la factoría Sony y a otros personajes multiplataforma. Lo bueno es que en mi taberna particular, templo, cuartel general o como queráis llamarlo nadie tiene prohibida la entrada, puede entrar cualquier celebridad, lo mismo da que venga de la comarca de Nintendo, el imperio de Microsoft o el reino de Sony.

Y ahora retomamos de nuevo la historia de Isaac Clarke. A menudo las cosas no salen como uno planea y el destino puede jugar malas pasadas. Isaac lo sabe muy bien y después de tantas hostias propinadas por el cruel destino, nuestro querido ingeniero de sistemas bien pudo pensar que aquello ya había pasado de castaño oscuro, quizá ese era un buen momento para salir, intentar olvidar todo lo que había ocurrido y tomarse una copa en aquella recóndita taberna, ese lugar especial, apartado y perdido en lo más profundo del bosque de nuestra imaginación.

Sin embargo, Isaac no es de esos tipos a los que les gusta beber solos. Sabía de alguien bastante entendido en eso de ahogar las penas nadando en alcohol. Lo había conocido en aquellas estúpidas charlas y reuniones de auto-ayuda que de nada habían servido. Aquel improvisado compañero respondió a su llamada y quedaron en aquel lugar donde se dan cita las celebridades del videojuego. Era un tipo con la cabeza afeitada y barba al que últimamente le gustaba vestir llamativas camisas hawaianas. Una cara bastante conocida allí y en otros muchos bares, aunque su reputación como poli duro también le precedía. Su nombre era Max, Max Payne.

Isaac y aquel tipo no eran amigos en el fondo, de hecho al ingeniero espacial no le convenía esa clase de compañías. Los métodos y los malos hábitos que gastaba Max no lo beneficiaban en absoluto, pero lo cierto es que aquel tipo le caía bien. El pasado y el destino tampoco habían tratado demasiado bien a Max, su mujer, Michelle, y su bebé fueron asesinados durante una fría y larga noche de invierno. Compartir el dolor por una gran pérdida, hablar de ello, los ayudaba a desahogarse, pero también a pagar una ronda detrás de otra.

Casualidades del destino, ese día también entraron en el local otros dos viejos conocidos que solían frecuentar aquel local desde hacía algún tiempo. Llegaron hasta su mesa, saludaron efusivamente y se sentaron. Sus dos nuevos compañeros de cubata respondían a los nombres de Leon Kennedy y Chris Redfield, muy buenos chicos en el pasado, ahora convertidos en vulgares camorristas de gatillo fácil, auténticas estrellas del cine de acción para muchos.

Aquella noche parecía retorcerse cada vez vez más y Max Payne decidió retirarse a dormir la mona. Nada había que reprochar al bueno de Max en todo esto, pues él siempre había sido un tío de acción pero los años pasan para todos y el alcohol comenzaba a hacerle mella. Según él, estaba rehabilitándose.

Nuestro inocente Isaac decidió quedarse un poco más, aún no tenía ganas de marcharse a casa y durante un rato entabló una interesante conversación con sus dos nuevos compañeros. En un momento de aquella extraña noche, Chris Redfield susurró a Isaac-«Pssssh… Clarke,  nosotros  sabíamos que tú estabas llamado a ocupar nuestro puesto, a tomar el testigo de un género, pero créeme hacer Survivals es algo que ya no se lleva»- Durante un rato, nuestro amigo escuchó los relatos de aquellos dos mitos del videojuego, sus historias para no dormir, repletas de ráfagas, explosiones, coberturas, incluso llaves al estilo WWF. Chris le miró y dijo: -« Isaac, hoy en día puedes conseguir la gloria y triunfar sin tener que pasarlo mal, ¿qué necesidad tienes de huir, de buscar botiquines y estar ahorrando balas?»-  Mientras, Leon, escuchando a su amigo, sonreía sin parar. Estaba terriblemente colocado, repanchingado en su silla, asentía cada una de las palabras de su amigo Chris.

Dead Space 3

 

Isaac no podía creer lo que estaba escuchando, él había sido instruido en otra serie de valores bien distintos. Apartando la mirada de aquellos dos personajes, reparó en una mesa cercana donde cuatro enormes soldados con armadura espacial chocaban con fuerza sus jarras de cerveza. -« Soldados de la CGO, unos tipos interesantes«- dijo Leon alegremente al comprobar que el grupo había llamado la atención de Isaac -«se les conoce como el equipo Delta«- añadió Chris « Sin para de sonreír, Leon alargó su canuto hacia Isaac «ten, pruébalo. Es hierba verde, la recojo yo mismo» y de pronto aquel ex-poli de Raccoon City y el veterano miembro de STARS estallaron a reír sin parar de soltar carcajadas.

Un fuerte estruendo sacudió otra mesa cercana. Alguien se había desparramado encima de una mesa con una tremenda borrachera. Entre el Agente 47 y Nathan Drake consiguieron levantar a un hombre completamente inconsciente -«Bueno, siempre hay alguien que va peor que tú «- pensó para sus adentros Isaac. Mientras apuraba el resto de la cerveza que quedaba en su vaso, pudo observar con mejor detalle y descubrió con asombro quién era aquel hombre -» ¡¡¡El Comandante Shepard!!!» gritaron Chris y Leon estallando de nuevo en carcajadas. Isaac también conocía a aquel tipo, habían alcanzado el éxito prácticamente juntos algunos años atrás. Las fiestas y los excesos, lo habían convertido en un infeliz. Algunos lo tachaban de metrosexual liberal.

Por supuesto, el Comandante Shepard no era el único que ese día estaba por allí intentando evadirse. Old Snake encendía un cigarrillo tras otro mientras jugueteaba sin parar con su encendedor y el paquete de tabaco. Ritual únicamente interrumpido cuando le sobrevenía un fuerte ataque de tos que en ocasiones le hacía escupir sangre. Cuando esto ocurría, desde la otra punta de la barra, Lara Croft lo miraba con cara de asco, repudiando los escupitajos de color rojo con los que Snake adornaba el suelo. Después, la señorita Croft, más ligera de cascos que nunca, continuaba poniéndole ojitos a Nathan Drake. Éste, intentaba espabilar al Comandante Shepard propinándole pequeñas bofetadas en su rostro, ignorando completamente las insinuaciones de la veterana arqueóloga. Los kilos de maquillaje y la cirugía gráfica no disimulaban los años de Lara.

Aquella noche nadie echaba de menos a los Assassin’s. Esa panda formada por Altair, Ezio Auditore, Connor y su cabecilla Desmond Miles, empezaban a saturar al personal y en más de una ocasión se les había prohibido la entrada en el local por montar escándalo y exigir un trato preferente respecto a los demás. Se rumoreaba que el famoso John Marston andaba tras ellos, pues en algunos sitios habían puesto precio a sus cabezas a cambio de una jugosa recompensa, ya que de sobra eran sabidos su delitos por pertenencia a banda armada y otros cargos po ajustes de cuentas injustificados. La última noticia relacionada con esta banda es que el grupo aguarda la incorporación de un nuevo miembro, el pirata abuelo de uno de ellos.

En el centro de la sala, Cónker, la ardilla gamberra de Rare desafiaba al personal en su famoso pulso a chupitos. Nadie era capaz de ganarle. Su último contrincante, aquel chico de Yokosuka, Ryo Hazuki, se había retirado hacía escasos instantes rociando con su vómito todo el suelo del local. El responsable de la muerte de su padre todavía seguía suelto por ahí y su venganza aún no había sido consumada. Aquello consumía a Hazuki cada noche, las peleas nocturnas y el alcohol eran una constante desde aquel fatídico día.

El fontanero Mario observaba en silencio todo el panorama desde una apartada mesa. Decir que a lo largo de su vida se había sobrepasado consumiendo setas de colores y plantas de fuego montado sobre un dinosaurio, quizá sería una observación demasiado recurrida a estas alturas, pero era una realidad de sobra conocida. Ahora nadaba en océanos de tequila y aquella noche, como otras muchas, su hermano Luigi vendría a buscarlo una vez más para llevarlo arrastras de vuelta a casa.

Digerir los triunfos y el éxito a veces resulta complicado en el mundo del videojuego. El paso del tiempo y las modas, los argumentos y las fantásticas historias que protagonizan todos estos héroes pasan factura y a menudo terminan consumiéndolos. Más aún cuando no se sabe terminar con elegancia lo que un día se empezó con mucha ilusión.

A la mañana siguiente Isaac despertó en su destartalado apartamento futurista de la Colonia Lunar Nuevos Horizontes con una enorme resaca. De nuevo no era capaz de recordar con claridad, ¿lo de anoche había sido real o simplemente  había sido un sueño? El sonido del contestador automático retumbaba en su cabeza avisando de un nuevo mensaje, posiblemente el último aviso para pagar el alquiler de aquella cuadra espacial donde ahora dormitaba. Lentamente se incorporó, miró hacia la mesa y allí estaba ella, su fiel amiga, la cortadora de plasma. El sonido del contestador automático volvió a sonar, anunciando la entrada de una nueva grabación. Era Ellie. De pronto, sintió unas ganas acuciantes de liarse a tiros pero de pronto la puerta de su apartamento se había abierto sola. Alguien había entrado furtivamente en su vivienda. Desde luego, no era el mejor momento ni el día más indicado para meterse en nuevos problemas.

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RUBIO

Un videojuego puede ser como un buen libro o una gran película. Siempre digo que existe un juego para cada persona. Si aún hay alguien por ahí que no se ha enganchado a los videojuegos es porque todavía no ha encontrado su juego. Cuando lo encuentras, descubres una llave que abre la puerta a un mundo de diversión y entretenimiento sin igual.

8 comments

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  1. RUBIO 13 marzo, 2013 at 11:32 Responder

    Me alegra que os haya gustado chavales.

    4everjugón, un placer tenerte de vuelta por aquí, ya sabes que estás en tu casa.

    Un saludo a todos!

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